La Sociedad Española de Ortodoncia ha publicado un protocolo de actuación para el uso de los alineadores trasparentes que ha elaborado en colaboración con la Asociación Española de Ortodoncistas (AESOR).
En él, entre otras cosas, recuerda que el paciente deberá someterse a un examen ortodóncico previo al tratamiento, que incluye una exhaustiva anamnesis; una exploración bucal intraoral, funcional y extraoral; fotografías intraorales y extraorales; radiografías (Ortopantomografía de forma inexcusable, y una telerradiografía lateral de cráneo) e impresiones de las arcadas con silicona o con escáner intraoral.
Además, se han de valorar otras exploraciones complementarias acordes a los hallazgos previos (montaje en articulador, radiografías periapicales, telerradiografía frontal de cráneo, escáneres CBCT, RMN o radiografías de ATM, determinaciones analíticas, etc) que el especialista considere necesarias.
En función de esos registros, el ortodoncista realizará un diagnóstico preciso de la maloclusión del paciente y trazará un plan de tratamiento para corregir dicha maloclusión.
Las pautas de cambio de las férulas las indicará el especialista, según el estado periodontal, la dificultad y el grado de expresión del movimiento, la técnica y materiales empleados, la prescripción y las fases del tratamiento.
Es importante que la colocación de las férulas se realice en el gabinete dental y sólo el profesional marque las indicaciones oportunas al paciente, revise y compruebe de forma progresiva que lo programado se está llevando a cabo y así poder realizar los ajustes adecuados en cada fase del tratamiento.
El uso indiscriminado de estas férulas, sin supervisión por parte del profesional cualificado, puede crear problemas dentales, oclusales y funcionales al paciente. El seguimiento no se restringe a la evolución del alineamiento dentario con los alineadores, sino que ha de contemplar el diagnóstico precoz mediante sondaje de nuevas caries, inflamaciones y recesiones gingivales.
Además, como sucede con otros tratamientos de ortodoncia, la terapia con alineadores trasparentes puede presentar ciertas complicaciones y riesgos: irritaciones de los tejidos blandos (mejillas, lengua y labios…), sensibilidad, llagas, molestias puntuales en algún diente, etc. El roce continuado de la aparatología puede tener consecuencias sobre mucosas y tejidos blandos, por lo que se requiere seguimiento presencial con especial atención a la aparición de lesiones de tipo traumático o premalignas.
Al finalizar la fase activa, como en cualquier tipo de tratamiento ortodóncico convencional, se colocarán retenedores fijos y/o removibles y son imprescindibles nuevas citas de seguimiento y control de la estabilidad del tratamiento y del estado dentario, gingival, mucoso y óseo del paciente, así como del de los propios retenedores.
Una vez completado el tratamiento, el ortodoncista debe hacer nuevos registros (fotografías, modelos y radiografías), para descartar la aparición de complicaciones y en tal caso y si fuese necesario determinar las correspondientes responsabilidades legales.